Baptista
y Alba se encuentran inmersos en una realidad propia, que por momentos
logra dar un sentido a sus vidas y a su relación con la sociedad.
Nos
colocamos como espectadores, observamos la realidad que un grupo de
desequilibrados se inventa. Por un momento nos parecen simpáticos, nos
reímos del absurdo, lo disfrutamos.
Pero, ¿qué pasa cuando esa realidad se instala y no es una simple
escena, sino que la perdida de la consciencia y el desequilibrio es constante?
¿Simplemente observamos, o nos acercamos y sentimos la proximidad? ¿Nos
emparentamos con estos sujetos, nos hacemos cargo, o tratamos de
imponernos?
Bingo muestra, visto bajo un lente distorsionado, esa realidad aparente,
totalmente banalizada desde nuestra perspectiva.
Cada personaje, que desde su óptica encuentra insana la realidad de los
otros, intenta imponer su realidad y, por medio de la conspiración, de la
manipulación y el engaño consciente e inconsciente buscan -y por momento
lo logran- controlar la situación y llevarla a su lugar de comodidad, a
su realidad.
Qué es la realidad sino un simple y subjetivo punto de vista...
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